El pasado
nueve de marzo Elena Valenciano (candidata al
europarlamento) se reunión en Málaga con sus compañeros de organización, vamos,
el mitin de toda la vida, y allí en su 'salsa', explicando lo bien que nos irá
si volvemos al Continente de ¿izquierdas pero sin agobios? afirmó que “hay que
hacer una Europa más andaluza”.
Dado que es
palmario que Andalucía es uno de los territorios más desarrollados del viejo
continente, no entiendo su cara (la del lector) de perplejidad ante tal
afirmación.
Tras
semejante perla, recordé la teoría del caos, que consiste en tratar cierto tipo de sistemas dinámicos muy sensibles a las
“variaciones en las condiciones iniciales”, uno de cuyos máximos exponentes en la Tierra es el PSOE y su adscripción al posibilismo (que algunos confundieron y 'confunden' con socialismo, pero no es lo mismo).
Quiero
imaginar, que tanto la candidata como quienes le aplaudieron a rabiar, saben de
la 'excelente' salud económica y social andaluza, de tal guisa que nadie hizo
el feo y abandonó el recinto presa de un ataque de indignación.
Deduzco que un mes
después de aquella jornada, habrán dado saltos estratosféricos al conocer los
datos que Eurostat, la oficina estadística europea, hizo públicos el día 15 del
presente mes, situando a Andalucía como la peor región de la UE en términos de
desempleo, con un 36,3%.
Como quiera
que el asunto ha llegado a un estadio arrebatador, estaba recordando la última parte
de la teoría que habla de los sistemas “determinísticos”, es decir; su comportamiento puede ser completamente
determinado. No obstante, la situación
andaluza ha generado una modificación o si se desea, una mutación en la
mencionada teoría, que se podría llamar 'Marca Andalucía'.
Visto lo cual, no sería arriesgado añadir a
esta singular variante caótica, 'menudencias' del tipo ERE, cursos de
financiación (formación, quería decir) y cajas de zapatos (sector crítico), y
claro, cómo no querer emular a tan puntera región.
Scriptum est