jueves, 15 de mayo de 2014

De un ángel en el culo


Que un caballero esté celebrando su despedida de soltero, sufra una caída y a la mañana siguiente descubra en su culo un hematoma con forma de ángel es de lo más divertido o inquietante, dependiendo de si se es lituano o un fervoroso creyente en el más allá.


Lo que ya no resulta tan ameno y sí una grosería intelectual, es la costumbre de ver apariciones 'marianas' dónde sólo hay hematomas; de hacer de un hecho aislado, una llamada de atención por todos los males que afectan a la humanidad.


Da igual que la explicación racional, empírica, desmonte las 'sesudas' reflexiones del oráculo de guardia y que, por lo tanto, resbalarse con una cáscara de plátano o arruinarse por ludópata, sea únicamente un hecho fortuito a la par que doloroso, mientras que lo segundo fuera el resultado de la búsqueda del enriquecimiento por la vía rápida, y no una señal más de las fuerzas oscuras que gobiernan el mundo.
 

Estos analistas de las desgracias siempre creerán hallar una brizna de hierba, un resplandor en la noche del que tendremos que desconfiar, so pena de caer en sus malas artes.

Pero a veces un ángel en el culo es sólo un gran moretón fruto de una noche apasionada.

Scriptum est


No hay comentarios:

Publicar un comentario